Martes, 08 Abril 2025 09:42

Las relaciones sanas se entrenan en la adolescencia: un estudio señala el potencial de esta etapa para el aprendizaje afectivo

Escrito por UCC+i
Las investigadoras Noemí Toledano y Carmen Viejo Las investigadoras Noemí Toledano y Carmen Viejo

Un equipo de la UCO analiza el impacto que tienen las primeras relaciones de pareja en la adquisición de habilidades que permiten construir vínculos sentimentales saludables

La adolescencia es la etapa de los grandes cambios: además de las importantes transformaciones físicas y cognitivas que se producen en este periodo, es a partir de los 12 años cuando comienzan a desarrollarse intereses erótico afectivos o sentimentales y cuando se tienen las primeras relaciones de pareja. La intensidad de los cambios que se producen en esta etapa de la vida y el impacto que estos tienen en el posterior desarrollo de la persona han hecho de la adolescencia un campo de estudio de gran interés para las ciencias sociales, ya que aportan una información fundamental para hacer frente a problemas como la violencia en las parejas juveniles o el acoso escolar. Sin embargo, la adolescencia es mucho más que una etapa de conductas de riesgo: es una oportunidad de aprendizaje y desarrollo que también debe mirarse en positivo.

De arrojar esa mirada en positivo, frente al tradicional enfoque de déficit y riesgos, se ha encargado el Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia (LAECOVI) de la Universidad de Córdoba a través de un innovador estudio centrado en comprender cómo se desarrollan las competencias afectivas durante la adolescencia y el impacto que tienen las primeras relaciones de pareja en la adquisición de herramientas y habilidades para construir vínculos saludables. El trabajo concluye que la adolescencia es también la etapa en la que se entrenan las relaciones sentimentales y que los y las adolescentes adquieren competencias conforme van sumando años y experiencias. Entender la adolescencia como el campo de pruebas de las habilidades afectivas es clave a la hora de diseñar programas de intervención efectivos, que no solo tengan en cuenta las debilidades de esta etapa y sus potenciales riesgos sino también la oportunidad de aprendizaje y cambio que suponen.

Las conclusiones se extraen del análisis de las encuestas realizadas a 2.400 adolescentes de entre 12 y 18 años de 15 colegios e institutos andaluces. A fin de valorar la evolución en sus respuestas, cumplimentaron en tres ocasiones, con un mínimo de seis meses de diferencia entre cada una, un cuestionario sobre sus experiencias sentimentales y su autopercepción sobre sus propias relaciones afectivas: capacidad para la resolución de conflictos, asertividad, apoyo emocional… La investigadora Noemí Toledano, responsable del trabajo junto a Carmen Viejo y Rosario Ortega-Ruiz, del Departamento de Psicología, explica que el estudio puso de manifiesto que la manera en que se desarrollan y ponen en práctica las competencias y habilidades afectivas en la adolescencia no es homogénea, sino que “está influida por factores como la edad o la experiencia sentimental: mientras van evolucionando y madurando y teniendo más oportunidades para aprender de su propia experiencia van adquiriendo más competencias sentimentales, de manera que los adolescentes más mayores se perciben como más competentes que los más pequeños”.

Además, el estudio distingue entre dos tipos de competencias según la etapa de desarrollo: unas competencias afectivas primarias y funcionales, que corresponden a la fase de acercamiento a la otra persona y parten de una motivación intrínseca, y habilidades mucho más complejas que corresponden al avance de la relación y el desarrollo de la mutualidad. De esta manera, “existe una progresión en la adquisición de habilidades desde que se produce el primer impulso amoroso hasta que se construye el vínculo”, y es el aprendizaje de esas competencias en sus primeras relaciones lo que hace que los y las adolescentes se sientan más capaces de gestionar conflictos, expresar sus límites o comprender los deseos y necesidades de su pareja.

“Somos conscientes de que se puede aprender a lo largo de la adolescencia a construir parejas y a hacerlo de forma satisfactoria”, explica la investigadora Carmen Viejo, que destaca que este estudio es innovador porque ofrece “una perspectiva más positiva de estas relaciones y lo hace con una mirada de evolución, de cambio a lo largo de los años adolescentes, en los que la autopercepción que tienen de sus propias competencias relacionales va evolucionando y mejorando”. De esta manera, la intervención social con adolescentes no solo se centrará en reducir los riesgos asociados a las relaciones de pareja sino también en promover buenas prácticas.

Referencia: Toledano N., Viejo C., Ortega-Ruiz R. ‘Romantic Competence and Courtship Skills: From the First Romantic Impulse to the Management of Mutuality’. Journal of Adolescence, February 2025. https://doi.org/10.1002/jad.12477

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